jueves, agosto 02, 2007

El Gran Buda de Leshan

Leshan , una ciudad de la provincia de Sichuan , alberga la estatua de un buda sedente más grande de la Tierra . Mide alrededor de setenta metros y está excavada en la tierra de un acantilado en la confluencia de dos ríos.

Al tener sólo dos días en Sichuan, decidimos ver los pandas de Chengdu y el buda de Leshan aunque esta provincia tiene una belleza natural impresionante en los mas de quince parques naturales. Nos montamos en un autobús desde Chengdu pronto por la mañana y la verdad que ese día no era nuestro mejor día ya que estábamos extenuados de la búsqueda de los permisos para volar a Lhasa. Tardamos alrededor de una hora y media o dos y llegamos a una estación que estaba cerca del centro de la ciudad de Leshan . La verdad que la ciudad no es demasiado grande y se llega a los sitios con facilidad, de hecho nos encaramamos a un taxista de estos que dan pedales , pero que al rato te das cuenta de que va con una especie de motorcillo encubierto... es que en uno de los repechos ni Indurain podría...


Nuestra guía nos daba varias posibilidades para ir a ver al buda... véase en motora por el río (lo que hacen todos los turistas) , en taxi hasta el parque natural o en un ferry que te deja en una isla de enfrente desde la que se ve el buda. Nosotros elegimos esta última opción, el ferry cuesta un yuan :) y el pateo por la isla es gratis. Obviamente no te subes en las orejas del buda de siete metros, pero lo ves con nitidez y se puede apreciar perfectamente su tamaño. La verdad que estábamos un poco cansados y no quisimos hacer todo el tramo a pie por los distintos templos y puentes que hay en la islas aledañas al acantilado en el que se encuentra el buda. Quizás a estas alturas de la película, era un poco más de lo mismo.



Despues del ferry, nos dimos un paseo por el puerto y por las callejas de Leshan, buscando un sitio para comer. Está lleno de sitios donde solo se come de Hot Pot ,la olla de agua hirviendo picante a la que se añaden los ingredientes que pides a la carta: tofu, cordero, lechuga , casi cualquier cosa viva o semi-viva . Nosotros buscábamos algo un poco más solido, como arroz y por supuesto la parte innovadora de pedir un plato típico de la zona.

El cocinero traicionado por las apariencias:

En el restaurante que comimos, uno de estos de la calle lleno de cucarachas , solo tenían la carta en chino y nosotros , por supuesto, le hablamos en chino desde el primer momento, ya sea por práctica o por caer bien o lo que sea... cuando le pedimos la cuenta, nos dio un precio exagerado , 40 yuanes (jajajajaja, ahora nos reímos con los precios) para los dos platos que habíamos tomado. Total, que le pedimos la carta de nuevo para contrastar y obviamente no teníamos ni idea de que habíamos pedido... pero claro, eso el cabroncete no lo sabía , así que con carta en mano le volvimos a preguntar con cara de enfado, ¿cuanto cuesta? el camarero, contrariado nos dijo que eran 20 yuanes en total... si hubiera sido un pelín rápido nos la hubiera colado, pero esta vez no le funcionó. La verdad es que es difícil zafarse de los mini timos , cuando hay cartas en inglés suelen tener los precios subidos un 15 o un 20%, sobre todo el los lugares mas turísticos...y en los lugares menos turísticos en los que han corrido la voz de que los guiris tienen dinero, pues a veces lo intentan elevar.

El anciano de los retratos:

Después de comer, nos planteamos subirnos a la chepa del buda de tropecientos metros , pero no caló la idea. Anduvimos un poco más por el paseo de la rivera del río , lleno de mosquitos por cierto, y llegamos a un parquecito donde nos encontramos un anciano que hacía retratos a los chinos que por alli pasaban. Al acercarnos vimos que costaba 10 yuanes el retrato y decidimos lanzarnos ya ante el corrillo de curiosos que se había formado alrededor nuestra: un chow . El señor, claramente, había perdido facultades visuales y aparte era sordo como una tapia . Tenía un pequeño personajillo, su pinche, que se comunicaba con el dándole unas voces al oído que se oían desde Chengdu.... el resultado del dibujo lamentable , la experiencia con los curiososos y el viejete, impagable.




No nos cobró , lo único que quería era que una de las fotos que nos hicimos se la regaláramos, con lo cual, y como somos buena gente, nos fuimos corriendo, ya era la hora del autobús de vuelta, a una tienda de fotos a revelarla rápidamente desde la cámara digital....no nos daba tiempo así que se la dimos a un señor de la calle para que se la diera, se ofreció el a llevársela ya que había estado donde el corrillo... en fin suponemos que seria una buena publicidad para su negocio . Inolvidable :)

La llegada a Chengdu sin problemas, y ya en el albergue nos fuimos directos a por los permisos que ya estaban tramitados... ¡en 24 horas!

Al día siguiente partiríamos a Lhasa...la capital de una región muy especial...

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miércoles, julio 25, 2007

Los Pandas de Chengdu

DaXiongMao , el grande oso gato, es el protagonista sin excepción en la ciudad de Chengdu . El Panda es un animal adorado en China y es en esta región del país donde se concentran los mayores esfuerzos por su recuperación. Las necesidades de engullir gran cantidad de bambú en condiciones muy específicas, las enfermedades parasitarias y la acción del hombre son sus principales amenazas.

En libertad, ver un panda es casi tan fácil como ver un lince ibérico. Si se quiere ver uno, hay que visitar uno de los pocos zoos del mundo que los tienen, como Hong Kong, Viena y bueno, ahora España tras la visita de los Reyes, entre otros. Pero la cosa cambia en la capital de Sichuan donde se encuentra el Centro para la investigación y conservación del panda gigante.

Nosotros fuimos, como es casi obligado si los quieres ver moviéndose, a las 8.30 de la mañana . Fuimos en taxi, que nos salió a unos 4€ y la entrada otros 3€, lo comento porque es la mejor forma de ir, las excursiones suelen ser más caras…La razón de ir por la mañana es clara. A esas horas comen, entre las nueve y las diez, y el resto del día se echan la siesta . Tuvimos suerte, porque prácticamente vimos 24 pandas, es decir que ya al final casi te aburres de verlos.

El parque es muy sencillo, no tiene pérdida. Tiene un pequeño cine, un museo-exposición, y caminos que llevan a las áreas donde están los pandas. En total hay cinco o seis y nos las vimos todas claro, no son demasiado grandes. Todo está lleno de bambú , cultivado para alimentar a los osos.


Primero vimos a los peques , son una verdadera monería, torpones, frágiles y graciosos, no te puedes ir sin verlos. Luego pasamos a ver a las mamis pandas , una de ellas es la que se vió junto a la Reina tomando bambú, al igual que ella había opción de hacerse una foto una de las pandas gigantes. Más tarde pasamos, o más bien lo intentamos, a la enfermería , donde están los recién nacidos, la época más crítica de su existencia.

Dando otro paseo nos encontramos con los semi-adultos , que ya estaban un poco dormidos y finalmente tras una espera de veinte minutos, vimos el proceso de alimentación de los adultos , una duchita y luego a comer bambú, una forma de arrasar con ello que te deja asombrado y con el que comprendes por qué tienen a dos pueblos enteros con su población dedicada al cultivo del bambú para la reserva.



Después del atracón, visitamos a los olvidados o “segundo plato”, los pandas rojos , que no están tan en peligro y que son menos famosos. Cuando ya todos estaban durmiendo, fuimos al museo y a ver el vídeo que te narra la vida del panda, sus problemas y la situación del centro.

A la una de la tarde habíamos vuelto de sobra al hostal y esa tarde fue maldita, pero necesaria.

Los permisos del Tíbet

A un día y medio de irnos, no habíamos sacado los permisos, ni sabíamos con certeza si se necesitaban. Éste es un tema realmente confuso, y poca gente conoce la normativa exacta ya que son tantos los rumores de que se necesita o no se necesita que te vuelves loco. Además es cierto que cambia según los acontecimientos, con lo que según la época las posibilidades cambian. Cansados de rumores, en el hostal de Beijing nos dijeron que no se necesitaban, decidimos hacer una investigación llamando al aeropuerto de Chengdu, a dos agencia de viajes, entre ellas CITS, a la embajada China en España, a los hostales y las personas que nos encontrábamos. Tras varias horas (y días anteriores) llegamos a la conclusión de que era imprescindible, al menos para coger un avión a Lhasa desde Chengdu . Desde el Hostal, el Mix Hostel, contactamos con 3 agencias y fue la tercera la que en un día nos comentó que se podían tramitar, al precio de 35€ por permiso . Así que los encargamos y nos fuimos a ver Chengdu.


Tuvimos poco tiempo para disfrutarla, pero lo hicimos lo mejor que pudimos. Caminamos desde el Hostal al centro y nos quedamos un rato largo en la plaza principal, en la que hay una gran estatua de Mao, en frente de un llamativo complejo de fuentes. Tomamos algo de cenar y nos volvimos al Hostal a descansar, la tarde había sido muy rompe nervios…

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